jueves, 10 de enero de 2019

¿Por qué "Cuarto Muro"?


No sé si tú te has preguntado a qué se refiere eso del Cuarto Muro y por qué he escogido tal nombre para mi blog. Esa pregunta me la han hecho personas allegadas a mí y quiero dedicar esta entrada a explicar qué es el Cuarto Muro y por qué me ha gustado para el nombre del blog.

“Cuarto Muro” es una adaptación del concepto “Cuarta Pared” o más correctamente “Derribar la cuarta pared”, que es enseñado en algunos talleres de narrativa. No es un concepto nuevo, no soy capaz de datarlo, pero trataré de hacer alguna investigación para explicar cuándo y por quién comenzó a ser utilizado ese término. La intención de esta entrada es simplemente explicar aquello que me motivó a usar el concepto para el nombre de mi blog; lo que sí te sé decir ahora mismo es que es un concepto que comenzó a utilizarse en el teatro, cuando los actores comenzaron a interactuar con el público, haciéndolo parte de la obra.

Todos conocen los teatros, o si no es así, al menos tienen una imagen mental de cómo es el escenario: dos paredes laterales (que realmente no son paredes, pues en ellas se colocan las piernas, cortinas por donde entran y salen los actores de escena) y una pared al fondo que, según el tipo de obra que se vea, puede ser cubierta por algún telón, poner imágenes o en últimos tiempos proyectar apoyos visuales. Por lo tanto, la cuarta pared es imaginaria y es aquello que separa al actor del espectador.

En un momento de la historia del teatro se decidió derribar esa cuarta pared e involucrar al espectador, haciéndolo parte del espectáculo. Habrá a quienes les guste esto y habrá a quienes no. Yo sinceramente me siento muy incómodo cuando voy al teatro y veo que alguno de los actores se baja del escenario, camina entre las butacas y elige a alguien, en ocasiones lo suben al escenario, en otras simplemente le hacen preguntas o establecen algún tipo de comunicación con él. Cuando esto sucede la verdad es que me pongo muy nervioso y pido en mi interior que no sea yo el elegido. Siempre me ha funcionado.

Pero bueno, ¿qué tiene que ver todo esto con un blog de literatura? 

La literatura, principalmente la narrativa y el ensayo literario, tienen técnicas de escritura que hacen algo similar. Si bien el personaje o el narrador no saldrá del libro para interactuar contigo, sí puede hablarte directamente a ti (como lo hago ahora mismo). Hay obras muy importantes de la novela hispanoamericana que han sido escritas utilizando esta técnica. Justo ahora pienso en “Aura” de Carlos Fuentes, una obra con una narrativa que en lo personal me parece muy potente y muy bien lograda, pues el narrador al hablar en segunda persona, logra hacernos sentir que realmente nosotros hacemos aquello que se nos está indicando.
Pondré un fragmento del inicio del libro para que el lector que no lo conozca pueda entender de qué estoy hablando.


“Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato, tu releerás. Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recámara cómoda, asoleada, apropiada estudio. Solo falta tu nombre. Solo falta que las letras más negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicita Felipe Montero, antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías, lo tomarías a broma. Donceles 815. Acuda en persona. No hay teléfono”. (Fuentes, 1962, 11).


Sospecho que con esto ya queda más claro lo que es la cuarta pared, o el cuarto muro, en la literatura. 

Ahora trataré de explicar por qué lo he elegido como nombre del blog.

Mi obra más reciente, excluyendo la novela “Aquí estaba cuando llegamos”, han sido cuentos y microrrelatos. Me gusta jugar mucho con estos géneros, pues historias de estructura tradicional, con narrador omnisciente o primera persona que se encargan de contar un suceso de la vida de un personaje, ya hay muchos y me aburre escribir cuentos y microrrelatos con esa estructura, pues la verdad es que siempre que intento hacerlo me frustro pensando que la historia no tiene potencial y la abandono; o por el contrario, veo mucho potencial en la historia y comienzo a explorarla más hasta convertirse en novela.

Por lo tanto, los cuentos y microrrelatos que he escrito suelen jugar con el lector, invitarlo a ser parte de la historia, como en mi micronovela “Se solicita personaje” o en el cuento corto, también de mi autoría “Pupilas oscuras”, ambas obras publicadas en antologías de la Universidad de Guadalajara.


Es decir, en narrativa breve no me siento cómodo si no rompo la cuarta pared y creo que es algo que me ha funcionado bien, pues las narraciones que he escrito así han sido elegidas para ser parte de diversas antologías.

Mi estilo en narraciones breves,  es el primer motivo para dar ese nombre al blog. El segundo motivo, quizá sea más romántico, pero ¿qué se le va a hacer? El segundo motivo es hacer que tú, lector, sientas que lo que escribo es para ti (como ya lo he mencionado en la entrada inaugural “Insomnio”), por eso trataré que cada una de las entradas conserve este estilo de redacción, pues así yo sentiré que estoy conversando contigo y espero que tú sientas lo mismo. Que compartamos la opinión de que el Cuarto Muro (como nombre del blog) enuncia algo que no existe entre nosotros, que es un recordatorio de algo que desapareció desde el momento en el que llegaste aquí y comenzaste a leerme, pues creo que un blog como el que pretendo construir no es posible redactarse de otra manera, sería muy impersonal y no crearía los puentes y la intimidad que pretendo construir con mis lectores.

Así que si me lo permites, te invito a derribar el Cuarto Muro.


*********************************************************************************


Referencias:

Fuentes, Carlos (1962), "Aura", México: Era.

lunes, 7 de enero de 2019

Insomnio


Es de noche, o más bien de madrugada, y aunque hace unos cuantos minutos sentía que el sueño me vencía y que ya no soportaría ver un video más en el televisor, no puedo dormir. Esto no es nuevo, no es la primera vez que me pasa, pues es un mal que sufro cada periodo vacacional. La diferencia que hay esta noche es que creo que tengo la necesidad de escribir esto para mí, aunque al hacerlo pienso que alguien más lo leerá algunos días o meses después, la verdad es que necesito decirme y estar comprometido con el contenido que pienso verter en este texto; cualquier otra noche de insomnio la pasaría dando vueltas en la cama, contando sílabas para la construcción de décimas o tratando de ver si tengo algo que decir en algún poema de estructura libre. Algunas veces leo, pero es muy extraño cuando lo hago, mis insomnios son míos y no suelo invitar a nadie más en las reflexiones que éstos me traen.

No suelo hacer esto, pero hoy creo que es necesario mencionar la fecha en la que estoy escribiendo y hacer un pequeño contexto de lo que ha pasado de forma reciente en mi vida, así el lector que imagino sabrá comprenderme mejor.

Es el domingo 30 de diciembre de 2018, y no es que me ponga nostálgico y reflexivo al final de año, ni que la navidad pasada hace unos días despierte demonios en mí, creo que estoy curado de eso. Lo que sucede es que la madrugada de ayer recibí un correo de Amazon en el que me notificaban que mi primera novela “Aquí estaba cuando llegamos” en su versión impresa en pasta blanda acababa de publicarse a la venta para el mercado estadounidense de dicha plataforma. Dormí ilusionado por tener pronto el libro entre mis manos. Desperté, revisé la plataforma de Amazon México para ver cómo se veía la versión Kindle de mi historia y me doy cuenta de que habían abierto una preventa del libro para el mercado mexicano, lo que aumenta mi ilusión, pues será más fácil que la gente cercana a mí adquiera el libro sin tener que pagar altos costos de envío.



Como podrás notar, lector, mi emoción durante estas últimas 24 horas (quizá son más, quizá son menos) ha sido tal, que no he dejado de pensar en hacer todo de manera correcta para que mi novela llegue a los lectores correctos que la sepan apreciar y valorar en su justa medida. Quizá mi alegría fue excesiva, pues reconozco que todo lo que publiqué en mis redes sociales durante este día fue acerca de la novela: las formas para adquirirla en sus dos formatos y las promociones que estaban disponibles. Me disculpo por el spam que seguro causé.

Debo ser sincero. La novela en ambas versiones ya estaba disponible en Amazon antes de ayer, de hecho la fecha de publicación que presenta la plataforma corresponde con los primeros días de noviembre y aquellos que me siguen en mis redes sociales podrán recordar que ya había hecho promoción de la versión Kindle de mi obra. Sin embargo, esta fue acallada de pronto, pues mi esposa (que también es mi correctora) comenzó a leer la novela (ya lo había hecho, pero el texto había pasado por un proceso de casi dos años de enfriamiento. En meses recientes yo había realizado una revisión y corrección de la obra, ella no había leído y aprobado los cambios finales), entonces comenzó a leerla y notó algunos errores de dedo, ortografía y otros más de sintaxis; me pidió detener la promoción de la obra para revisarla ella, prometió tardar una semana, pero por sus labores en la oficina no pudo tomar la obra hasta que su periodo vacacional comenzó.

Disculpa lector que te hable de banalidades y cosas domésticas, creía importante contar todo esto para que pudieras entender toda la emoción que yo tenía contenida, las ganas que tenía de gritar que mi obra estaba lista y que por favor todo el mundo comenzara a leerme. Es fácil gritar, repetir, recordar que uno ha hecho un libro. Es fácil obtener reacciones en redes sociales, felicitaciones de familiares y amigos, la promesa de que comprarán el libro. Es difícil materializar todo eso en lectores y ventas reales.

Durante esos casi dos meses en los que mi libro estuvo disponible en Amazon en sus dos versiones no se materializó ninguna venta, si bien es cierto que yo mismo había detenido la promoción de la obra, también es muy cierto que ningún tipo de casualidad me llevó a los lectores. Tenía que hacer algo, si quería cumplir mi sueño de obtener lectores y (¿por qué no decirlo?) algún día poder abandonar mi trabajo y dedicarme únicamente a escribir y vender libros (espero que no sea un horizonte inalcanzable). Tenía que hacer algo, tomarme la promoción del libro y de mi perfil como escritor como algo serio. Quizá al comienzo me sea difícil, por no decir imposible, hacer de esto un trabajo de tiempo completo, pero sí puede ser un trabajo de tiempo libre. Por ello durante estos casi dos meses en los que el libro en su versión con errores se estuvo empolvando en los anaqueles virtuales de Amazon estuve leyendo y viendo videos de otros escritores que dicen haber tenido éxito autopublicándose (por cualquier medio) y dan una serie de consejos sobre aquello que a ellos les ha funcionado para poder vender libros sin depender de una editorial.

Entre esos consejos, desde luego están las redes sociales, pero no son lo principal, pues uno no puede vivir de poner anuncios de su libro y estar mencionando las cualidades de éste; eso suena a algo cansado que no quiero para mí, pues sé que terminaré bloqueado de muchas cuentas sin poder haber materializado demasiados lectores. Es por eso que recomiendan como herramienta principal la creación de un blog, lo que suena lógico ¿no? pues si uno quiere vivir de escribir, hay que escribir. Sin embargo, y aquí entran las razones de mi insomnio, hay que ser inteligente con los textos que se publicarán, pues hay quienes dicen que éstos deben ser virales, y lo creo, sin embargo, así como no pienso dedicarme a sólo publicar anuncios de venta para mi libro, tampoco quiero dedicarme a hacer un blog vacío de contenido, pero lleno de seguidores. Quiero hacer un blog que refleje lo que soy como escritor, donde el lector pueda conocer mis motivos, quizá sin publicar poemas, cuentos o fragmentos de mis novelas (hay más por venir) o al menos que el blog no sea exclusivo para eso, que el lector o seguidor tenga ganas de seguirme leyendo y entonces sí, convencido vaya y compre mis obras. Creo que de otra forma no será posible.

Lector, mi insomnio de esta noche es para ti y es para mí, pues quiero comprometerme desde hoy a que este espacio sea uno en el que tú y yo nos sintamos cómodos, yo compartiendo mis reflexiones literarias, explicando aquello que me motivó a escribir tal cosa o simplemente comentar y recomendar aquellos libros que a mí me han gustado. Quizá esto no sea fácil de viralizarse, y quizá no sea algo que todos quieran compartir en redes sociales, pero no importa, por que sé que ese filtro que hacemos los usuarios de redes sociales permitirá construir un puente entre mis lectores y mi obra. 

A eso me comprometo.

Buenas noches.