viernes, 29 de marzo de 2019

¿Leer es viajar? 🤔


Se dice de forma romántica, seguro lo has escuchado, que leer es viajar, o que leyendo podemos conocer otros mundos. Los lectores no lo negarán, leer nos permite sentir y vivir experiencias que de otra forma nos serían imposibles. Nadie puede negar que, al leer las Crónicas Marcianas de Ray Bradbury se sentía parte de aquel planeta; o que fuimos compañeros anónimos de Lucy, Peter, Edmund y Susan en los diferentes mundos a los que llegaron a través de la puerta de un armario (sí, estoy hablando de Las Crónicas de Narnia). Los ejemplos son infinitos, (el país de las maravillas, el infierno, el purgatorio y el paraíso de Dante, Macondo y un largo etcétera).

¿A qué se debe que podamos vivir esas experiencias a través de las letras? Repuestas puede haber muchas, algunas más románticas que otras, pero sólo hay una que es dada como verdadera por la ciencia: Las neuronas espejo.

Imagen obtenida en http://psicopedia.org/3641/neuronas-espejo/ 

Debo de advertirle al lector que no soy ningún experto en neurociencias, pero he leído e investigado algo al respecto, por lo que pretendo que el presente texto sea meramente divulgativo. Aclarado esto, continuamos.

Las neuronas espejo parecen ser las responsables de varios procesos muy interesantes en nuestro desarrollo humano, pues ellas tienen un papel fundamental en que sepas caminar, hablar, que tengas ciertos gestos que son similares a los de algún familiar, o incluso, que cuando veas a alguien bostezar tú sientas la necesidad de también hacerlo. Las neuronas espejo son las responsables de la imitación y de la empatía. ¡Increíble! ¿No?

Esto es algo que de forma empírica la humanidad ya sabía, pues, si en la caverna veías a alguien sufrir después de meter la mano a la hoguera entendías al instante una serie de cosas: quien metió la mano ahora estaba lastimado, por ende el fuego podía hacerte daño también y por lo tanto había que conservar una distancia prudente con él. ¿Te imaginas qué sería de nosotros sin las neuronas espejo? Quizá ya no seríamos, pues la selección natural desde hace mucho nos hubiera etiquetado como especímenes débiles y hubiéramos perecido como especie en la primera hoguera. Pero no nos desviemos. ¿Qué tiene que ver todo esto con que leer nos permita viajar y conocer otros mundos? ¡Para allá vamos!

Los escritores que saben hacer bien su trabajo saben que hay algo elemental en la obra: que el lector se sienta identificado con ella, o, dicho de otro modo, que lo conmueva. Para lograr esto en los talleres literarios se utilizan diversas técnicas, que van desde escribir historias cotidianas, del día a día, con personajes reales (tu vecino podría ser un buen personaje); hasta volverse un espectador silencioso de la gente, observar sus gestos, el movimiento de las manos y demás formas de expresión y tratar de describirlo de la forma más fiel posible.

¿Quieres intentarlo, pero te da miedo pasar por un acosador? ¡No te preocupes, un video de internet puede cumplir el mismo objetivo!

Hay que decirlo, el tema no es exclusivo de la literatura, pues los actores de teatro y de cine estudian para hacernos sentir emociones, es por eso que podemos decir que algún actor es bueno o malo, o que cierta escena estuvo sobreactuada, pues ha perdido verosimilitud y no “nos la creemos”.

¿Pero entonces basta con que un escritor sepa describir gestos y expresiones para hacernos sentir emociones? No, afortunadamente no. ¿Te imaginas lo cansado que sería un libro lleno de descripciones de expresiones? En lo personal creo que me aburriría.

Pues en realidad las emociones no llegan por sí mismas, si no que son la respuesta a un estímulo externo: imagina si te deja tu pareja, dependiendo de tu manejo de emociones te puede causar tristeza, enojo o (según el contexto de la relación) felicidad. Y eso es algo que el escritor debe saber, cómo actuaría cada uno de sus personajes frente a cada situación, digamos que esto lo puede saber haciendo una ficha personal de cada personaje y describiendo la psicología de éste, entonces sólo tendrá que mostrarte en los primeros momentos de la historia cómo suele actuar el personaje ante ciertos estímulos menores para que tú te familiarices con él, por lo que al ir avanzando en la trama ya sabrás qué sentirá el personaje cuando lo deje su pareja.

Bueno, ya que quedó esto claro quizá dirás “¿Vale, pero cómo eso me hace viajar e imaginarme otros mundos?”.

Imagen obtenida en el Intagram @paperbacks_plus

La clave se dijo algunas líneas arriba, pero para ser justo lo pondré en claro: verosimilitud. Es decir, que lo que el escritor nos diga, así sea la cosa más imposible, nos parezca creíble al leerlo. ¿Cómo se logra esto? No es un proceso fácil y se necesita mucha experiencia escribiendo y leyendo para logarlo, pero grosso modo digamos que el primer paso es que el escritor crea lo que está escribiendo, es decir, que él mismo visite esos mundos y experimente emociones dentro de ellos para que después sea capaz de despertar nuestras neuronas espejo, o sea, que nos haga sentir lo que él sintió.

Otro paso más sería que la forma en la que el personaje se desenvuelve en ese mundo sea de lo más cotidiano, es decir, sin exagerar. Por ejemplo, nunca me creo en las historias de ciencia ficción cuando los personajes se sorprenden de todo el avance de la tecnología, porque, de acuerdo, yo de pronto me sorprendo por la internet, los teléfonos móviles y demás, pero no es que a cada rato muestre mi sorpresa, pues ya lo he asimilado y eso mismo tendría que hacer el personaje, asimilar la realidad en la que está y comportarse como cualquier otro ser humano. Logrado lo anterior solo bastan cosas que para este caso podríamos llamar técnicas: elegir al narrador, los tiempos narrativos, el ritmo narrativo, etc., es decir, el sello que suele caracterizar a cada escritor.

Se dicen muchas cosas positivas acerca de la lectura, a los lectores no nos gusta negar ninguna, pero a partir de ahora podremos afirmar con fundamentos que la lectura es algo que nos ayuda a desarrollar la empatía hacia los otros, pues al leer no es el personaje el que realiza las acciones, somos nosotros los que las realizamos, es por eso que lloramos, sufrimos, amamos y en ocasiones hasta odiamos con el personaje; por que el personaje es un traje que vestimos para hacer aquello que de otra forma nos sería imposible hacer.

¡Gracias neuronas espejo!


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Si te interesa continuar leyendo acerca de este tema te recomiendo leer "Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción" de Jorge Volpi.